
Y, tras el baile, las risas y la diversión de Carnaval, llega el momento de ponernos serios (más o menos) y llorar la pérdida de nuestra querida Sardina.
Esta tradición está cogiendo fuerza cada año que pasa, y su éxito se debe sin duda a la efusividad y la compunción con la que la Escuela de Adultos recorre las calles de nuestro pueblo en cortejo fúnebre. Este éxito también se debe a las chicas y chicos de “La fábrica de ideas”, los cuáles actúan como portadores de la “raspa” y, por supuesto, a los que dan forma a la sardina y la llenan de mensajes, los chicos y chicas del Campamento de Semana Blanca.
Por último, pero no por ello menos importante, dar las gracias a los voluntarios de Protección Civil y a la Policía Local que hacen que el recorrido y la posterior “incineración” sean seguros para las personas asistentes.
DEP Sardina