

Terminados los carnavales, que han servido para que todo nuestro pueblo se vista de alegría y de jolgorio dejando los problemas cotidianos a un lado y disfrutando de la guasa de esta fiesta, toca dar entierro a nuestra querida sardina.
Acompáñala junta a su viudo, Gallo a la Pimienta y sus hijos, Rodaballo en Escabeche, Lubina Rebozada y Palometa al Curry, para darle su último adiós.
No olvides venir de riguroso luto y con un “cargamento” de pañuelos, pues la ceremonia es tan emotiva que hará llorar hasta a los más insensibles y fuertes de espíritu.
D.E.P. y recemos por su raspa
Colabora la Escuela de Adultos de Ontígola